Las responsabilidades deben adquirirse a la edad más temprana posible. Por ejemplo, la tarea de poner la mesa puede hacerse desde los 3 o 4 años.
Al principio usted debe enseñarle como realizar las cosas y hacer el seguimiento de cómo las realiza.
En el caso de la tarea de poner la mesa, nos puede ayudar facilitarles un dibujo y que ellos la pongan siguiendo el modelo.

Esto le ahorrará a usted tiempo y les ayudará a ellos a crecer y a aprender.
Enséñeles también que antes de irse a dormir deben colocar los deberes del colegio y el material necesario para la clase del día siguiente en sus mochilas. Al igual que la ropa que van a usar al día siguiente. Al principio, pueden hacer una lista con dibujitos de cada una de estas tareas y realizarlas con ellos. Se lo tomarán como un juego, pero interiorizan la rutina y serán totalmente autónomos.
Por último, elogie a sus hijos por esforzarse en ser organizados y ordenados, pero no los recompense materialmente con dinero o regalos, ya que el niño debe entender que esas labores son sus deberes de compromiso personal y con su familia y no cobrará por ellas, de la misma manera que no lo hacen hermanos y progenitores. De esta forma fomentará el buen hábito del orden.
Tampoco debe dudar en establecer algún tipo de castigo si no cumplen con su tarea. Por ejemplo: Puede disponer de una caja grande y etiquetarla con el nombre de “Caja de los guardados” y si un juguete está fuera de su lugar habitual, echarlo a dicha caja e impedir que su hijo juegue con él durante una semana, cinco días, tres… o el tiempo que usted estime oportuno.
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