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En el mapa mental diseñado más arriba, propongo algunas informaciones que son imprescindibles tanto para cuidadores de niños como de ancianos.
Cómo actuar ante caídas de mayores.
Las caídas son uno de los síndromes geriátricos más importantes ya que son causa de lesiones, incapacidad y muerte. Además, son un indicador de fragilidad.
La edad avanzada, la presencia de enfermedades, el elevado consumo de fármacos y algunos factores ambientales se consideran factores de riesgo de caídas y por tanto, deberemos tenerlos en cuenta para prevenirlas. Para disminuir el riesgo de caídas es importante que las superficies no sean deslizantes, colocar material antideslizante en el suelo de los baños, ducha o escaleras.
La iluminación debe ser buena en todas las áreas. Deben existir pasamanos a lo largo de escaleras, pasillos, etc. e instalarse barras junto a la bañera, ducha e inodoro. Se instalarán también timbres en habitaciones, cuartos de baño y salas de estar.
En cuanto a la actitud del personal que trabaja a diario con ancianos, se recomienda no precipitarse a la hora de realizar las tareas. Las puertas deben abrirse despacio pues es posible que al otro lado se halle una persona a la que se puede lastimar. Evitaremos dejar en el suelo objetos con los que se pueda tropezar y frenaremos las sillas cuando se encuentren paradas.
Si accidentalmente se produce una caída, se actuará de la manera siguiente: ver si está consciente o no, si responde a nuestras preguntas. Si se queja de dolor, se le administrará un analgésico suave. Examinar puntos dolorosos. Si se sospecha fractura o presenta herida abierta se avisará a una ambulancia para trasladarlo a un centro hospitalario. Determinar la hora en que sucedió la caída y calcular el tiempo aproximado que ha permanecido en el suelo y la posible causa.
No movilizar ni levantar del suelo sin antes desechar la existencia de fracturas. Con una mala movilización podría empeorar la lesión. Ante la duda, avisar a los servicios sanitarios.
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