miércoles, 15 de febrero de 2012

Alzheimer/aseo diario

El aseo diario es fuente de bienestar, tanto para niños como para adultos, ya que proporciona comodidad y ésta mejora el estado de ánimo.
En el caso de ancianos discapacitados o con demencia, esta fuente de bienestar es fundamental.

El cuidador de una persona discapacitada debe tener en cuenta que para realizar esta tarea, igual que para el resto, debe estar en buena disposición, con actitud positiva y, sobre todo, ser paciente.

Para enfermos de Alzheimer hay que tener en cuenta dos cosas fundamentales:

1) Uno de los objetivos del cuidador es mantener al enfermo autónomo el mayor tiempo posible.

2) Tener en cuenta que en algunas personas la enfermedad avanza rápidamente mientras que otras pueden seguir durante años llevando una vida relativamente normal.

Algunos consejos para el aseo, que recomiendan, tanto el IMSERSO, como las asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer, son :

 Guardar cualquier aparato eléctrico (estufas, secadores, maquinilla de afeitar…) Estos aparatos sólo los podrán usar cuando el cuidador esté presente.



 Usar alfombras antideslizantes en el interior de la bañera.

 Si no se dispone de plato de ducha, colocar asideros para ayudarle a que se meta en la bañera y asientos geriátricos que le permitan sentarse si se cansa o para lavarse los pies. Si no se dispone de estos asientos, puede servir un taburete de plástico no muy alto y que mantenga la estabilidad dentro de la bañera.

No dejar que el enfermo entre y salga solo de la bañera.

 Si el enfermo ya no es capaz de entrar en la bañera, se le puede asear de pie apoyado en el lavabo o en la cama según su grado de deterioro general. Para ello, conviene preguntar a un especialista cómo se realiza esta técnica.

 Además de respetar al máximo la intimidad del enfermo, hay que tener en cuenta sus hábitos higiénicos, es decir, cuándo se afeitaban, cuántas veces a la semana se aseaban, si lo hacían por la mañana o por la noche.

 Resulta beneficioso hacer del baño un momento relajante y lúdico, por lo que se puede poner música suave, de su época y dejarle que juegue en el agua.

 No discutir con el enfermo la necesidad de bañarse si no quiere hacerlo. Es mejor espera un rato y volver a intentarlo en otra ocasión. Para animarle, conviene reforzar su imagen: decirle lo guapo o lo limpio que va entre piropos.

 Aprovechar el momento del baño para observar el estado de la piel en busca de heridas, enrojecimientos y hematomas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario