martes, 7 de febrero de 2012

Los niños y el ejemplo personal

Cuando empezaba esta sección decía que educar eran tres verbos: Ver,Oír y hacer. Y esto en todas las facetas educativas (matemáticas, lengua, idiomas), pero sobre todo en lo que respectas a las normas sociales. En los últimos post he ido hablando de los niños y su relación con el dinero y, evidentemente en esto también intervienen los tres verbos.

El ejemplo personal y las palabras que decimos con frecuencia (verbos ver y oír)son dos de los factores que marcaran la vida financiera de nuestros hijos.

Antes de iniciar cualquier actividad financiera con nuestros hijos, debemos organizar nuestra propia vida financiera, procurando ofrecer un ejemplo positivo en cada una de nuestras decisiones con respecto al dinero.

Cuando enseñamos a nuestros hijos el significado de las señales luminosas de un semáforo, ellos son los primeros en recordarnos la norma de no cruzar en rojo, exigiéndonos una actitud ejemplar. La misma cosa ocurre cuando les enseñamos, desde bien pequeños, que no deben decir palabras malsonantes. Con el dinero ocurre lo mismo. Una vez les enseñamos unas pautas o normas, serán ellos los que nos recuerden que no debemos apartarnos de ellas.

Además del ejemplo personal, nuestras palabras también dejan huella en la mente de los niños en la formación del concepto de dinero.

T. Harv Eker, que se gana la vida dando conferencias sobre las personas y su patrón de relación con el dinero, dice:




Según Eker* esto quiere decir que tu programación lleva a tus pensamientos; estos a tus sentimientos; tus sentimientos, a tus acciones, y tus acciones, a tus resultados. Por lo tanto, al igual que se hace con un ordenador personal, cambiando tu programaci6n das el primer paso esencial hacia el cambio de tus resultados.

Y, ¿cómo estamos condicionados? Lo estamos principalmenet de tres formas en todos los ámbitos de la vida, incluido el del dinero:

 Programación verbal: ¿Qué oías cuando eras pequeño?
 Modelos de referencia: ¿Qué veías cuando eras pequeño?
 Incidentes concretos: ¿Qué experimentaste cuando eras pequeño?

Es importante comprender estos tres aspectos del condicionamiento, que se forja cuando somos pequeños, para entender nuestra relación con el dinero.

Siguiendo el consejo de Eker, sería conveniente hacer nuestra propia reflexión sobre lo que oímos referente al dinero de pequeños y cuanto han influido aquellas palabras en nuestras decisiones financieras. Después de esto, empecemos a observar qué hablamos sobre el dinero con nuestros hijos y que respuesta proporcionamos a cada demanda que ellos nos hacen. Lo ideal es explicar de manera sencilla y/o mediante juegos, si son muy pequeños, el porqué de nuestras respuestas. Es decir, porque si o porque no.

No es necesario hablar de forma negativa sobre el dinero. Tampoco subestime la capacidad de comprensión de los pequeños en relación a las finanzas. Podemos hablar de dinero con nuestros hijos, sólo debemos adaptarlo a su edad. Podemos elaborar objetivos financieros con ellos, enseñarles el valor del tiempo en relación con el dinero.

*Lo explica en el libro Secretos de la mente millonaria, Editorial Ed. Sirio Argentina, Buenos Aires, 2006

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