lunes, 13 de febrero de 2012

Alzheimer/Impacto del diagnóstico y planificación


En la mayoría de los casos, cuando un familiar es diagnosticado de la enfermedad de Alzheimer, aparecen respuestas de temor, incertidumbre o rechazo. Esto se produce como consecuencia del desconocimiento de la enfermedad.

Por eso lo primero que se debe hacer es obtener información experta. Hoy día, afortunadamente, hay muchos lugares donde obtenerla con garantías y hasta sin salir de casa. Uno de estos lugares es la CEAFA (Confederación Española de Asociaciones de Familiares de enfermos de Alzheimer y otras demencias).

Una vez obtenida la información y teniendo una idea general y más precisa sobre la enfermedad, debemos proceder a la planificación .

La planificación debe iniciarse (caso de varios hijos o familiares), con una reunión familiar donde se valorará si será viable el cuidado del enfermo en casa durante todo el proceso que dure la enfermedad, si se precisará de ayuda domiciliaria a corto plazo, se optará por cuidados mixtos (casa y centros de día) o, si por el contrario, la alternativa será el ingreso del enfermo en una residencia.

Una cosa importante es no fijar metas a largo plazo, ya que es más fácil y útil ir solucionando los problemas poco a poco. Si la enfermedad está en una fase inicial no conviene planificar la vida del enfermo hasta su muerte.

Durante esta fase de planificación también se decidirá quién es la persona más indicada para cuidar al enfermo. Generalmente, recae sobre un solo familiar, que es quién se encarga de los cuidados principales del enfermo.

Es conveniente que el resto de familiares se impliquen colaborando con ayuda física, económica y emocional, relevándole de algunas tareas. Sobre todo en las últimas fases de la enfermedad, donde el desgaste físico y emocional del cuidador es mucho mayor.

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