miércoles, 1 de febrero de 2012

Finanzas para niños/Los niños y el dinero


Enseñar a los niños a lidiar con el dinero es una tarea importante y difícil, pero no imposible.

Antiguamente muchas normas morales se enseñaban a través de los refranes, paremias, fábulas o cuentos, como vemos en la imagen de arriba. En los últimos tiempos utilizar refranes, es sinónimo de viejo o de conservador, pero yo no los despreciaría.

Aunque parezca que los conceptos financieros son más propios de adolescentes y adultos, lo cierto es que antes de que los niños aprendan a sumar o restar ya han interiorizado el concepto de dinero. Muchos niños de 4 años ya saben de dónde obtienen sus padres el dinero: del cajero automático, naturalmente.

Entender que los padres deben trabajar para ganar el dinero requiere una mayor madurez. Por ejemplo, cuando mi hijo era pequeño, siempre que le decía que tenía que irme a trabajar para ganar dinero, él me contestaba, ¿por qué?, si vamos al banco y nos dan más.

Este sería el primer paso: enseñar a los niños que el dinero no crece en los árboles.
Una vez que los niños entienden cómo funciona el dinero, generalmente, muestran un instinto conservador. Aprenden que con el dinero pueden comprar chucherías o juguetes y pueden empezar a juntar monedas. La forma en que este instinto es canalizado puede determinar qué tipo de gerente financiero será el niño cuando sea adulto.

Es importante prestar atención a esto, ya que ahorrar dinero para poder adquirir algo está muy bien, pero nunca debe convertirse en una obsesión.
Los especialistas indican que los niños no empiezan a asimilar el funcionamiento del dinero hasta después de los cinco años, en los que son capaces de entender la función de “trueque”, sobre todo cuando ven comprar a los padres.

No obstante, hasta los 9 ó 11 años no suelen entender la noción del valor financiero de las cosas.

Cuando oyen a los padres decir que una casa es cara o barata, interpretan que en su casa tienen o no tienen dinero suficiente para adquirirla.

Una vez que los niños entienden cómo funciona el dinero, generalmente, muestran un instinto conservador. Aprenden que con el dinero pueden comprar chucherías o juguetes y, probablemente, quieran juntar monedas. La forma en que este instinto es canalizado puede determinar qué tipo de gerente financiero será el niño cuando sea adulto.

Es importante prestar atención a esto, ya que ahorrar dinero para poder adquirir algo está muy bien, pero nunca debe convertirse en una obsesión.

La mejor herramienta para la enseñanza es la práctica y, en este caso, utilizar dinero de verdad. Nunca olvidemos que el error y la equivocación también forma parte del proceso de aprendizaje.

Una buena práctica para la educación financiera de los niños puede ser la gestión de la paga o semanada, pero hay que seguir algunas pautas.

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